Toni y yo decidimos aprovechar, ese septiembre, la poca cuerda que le quedaba al Barco y hacer un pequeño viaje rumbo a la costa brava.
Fue un viaje a fuerza de diesel surcando un pedazo de mar en el que habría momentos de todo tipo, aunque sobre todo de libertad, de mucha libertad!!
Pudimos practicar el arte de la pesca como buenos lobos de mar!!
Pudimos disfrutar dejando libres a los pobres peces que se dejaron coger.
Nos llevamos nuestros chascos!!
Nos llevamos nuestros chascos!!
Pudimos relajarnos bajo los rayos de sol
Pero también tuvimos nuestro momento de crisis, cuando más o menos a las 2 de la madrugada y a unas 3 millas de la costa de Mataró, Toni al entrar al camarote,se encontró que había casi un palmo de agua y que el barco hacía aguas por un punto demasiado peligroso ( según dijo).
Pero también tuvimos nuestro momento de crisis, cuando más o menos a las 2 de la madrugada y a unas 3 millas de la costa de Mataró, Toni al entrar al camarote,se encontró que había casi un palmo de agua y que el barco hacía aguas por un punto demasiado peligroso ( según dijo).
Fueron unos minutos de nervios contenidos en los que ya estábamos calculando lo que nos costaría llegar nadando a la costa y buscando una bolsa de plástico para meter los teléfonos y la documentación.
Finalmente entre la bomba de achique y una chapucilla de Toni, continuamos el rumbo sabiendo más que nunca que el mar mandaba sobre nosotros. y que más nos valía que no nos reclamase!!
Tras hacer noche en el puerto de Sant Feliu de Guixols y una escapadilla al dia siguiente con una mini zodiac, que había que mantener bombeando aire y achicando agua con un cubo continuamente para que no se fuera a pique y en el contexto de la mayor tormenta marina de ese año azotando a la costa brava, decidimos poner de nuevo rumbo a Barcelona y no tentar mucho más a la suerte .
Hacia Barcelona el tiempo era otra cosa y el sol nos acompañó toda la tarde hasta que se despidió de nosotros en un magnífico atardecer enmarcado con la silueta de la ciudad .
Tras hacer noche en el puerto de Sant Feliu de Guixols y una escapadilla al dia siguiente con una mini zodiac, que había que mantener bombeando aire y achicando agua con un cubo continuamente para que no se fuera a pique y en el contexto de la mayor tormenta marina de ese año azotando a la costa brava, decidimos poner de nuevo rumbo a Barcelona y no tentar mucho más a la suerte .
Hacia Barcelona el tiempo era otra cosa y el sol nos acompañó toda la tarde hasta que se despidió de nosotros en un magnífico atardecer enmarcado con la silueta de la ciudad .
Tráfico en el puerto de Barcelona.
Ahora el barco ya no está pero mientras estuvo supimos disfrutar de él.
Super
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